Acaba de llegar un lomito a casa y no importa si es un cachorro, o ya está crecidito. Tu peludo está estrenando casa y para él todo ese espacio puede ser su baño.
Por eso, es normal que casi lo primero que viene a tu mente es ¡qué voy a hacer cuando quiera hacer pipí o popó! Ya te ves limpiando heces y orines por toda la casa, o llenando tus pisos de papel periódico. Y sí, eso va a pasar por unos días, en lo que le conoces y enseñas dónde está su baño. Pero no te angusties, educar a un perro no lleva mucho tiempo, lo que sí requiere es que te armes de paciencia, disciplina y, por unos días, le dediques un tiempo a su entrenamiento.
Aquí te van unos tips para que tu lomito haga sus necesidades en un solo lugar.
SI TU CACHORRO YA CUMPLIÓ 8 SEMANAS O MÁS.
Un cachorro no puede salir a pasear de manera regular antes de recibir sus primeras vacunas, así que su entrenamiento tiene que empezar en casa; además es la edad idónea para poner orden a sus hábitos. Toma en cuenta:
- Hasta los 3 meses, la vejiga de tu peludo es pequeña, por lo que hará pipí entre 8 y 9 veces al día. Entre cada “alivio” es capaz de aguantar un número de horas igual a los meses que tiene más una. Esto quiere decir que si tiene 2 meses, probablemente irá al baño cada 3 horas.
- La necesidad de hacer pis o popó le vendrá entre 10 ó 30 minutos después de cada comida, después de una siesta de dos horas y luego de una sesión de juegos.
- Puede que antes de “desahogarse” notes que olfatea el suelo y comienza a moverse nervioso. Esto es otro aviso.
- Su instinto lo llevará a hacer sus necesidades lejos del lugar donde come o duerme. Recuerda esto cuando decidas dónde poner periódico, una charola con pasto artificial o, la mejor opción para controlar los olores y no batallar con la limpieza: un tapete ultra absorbente LUDOS®.
- Si tu can te ganó la carrera porque le vencieron las ganas y hace pipí donde no debe, no lo regañes, agredas o acerques su cara a sus heces y orina (algo a menudo recomendado, pero nada eficiente). Lo único que conseguirás es que te tenga miedo y tarde más tiempo en aprender. Con un enérgico “No, ahí no” será suficiente.
- Frotar el tapete absorbente con un poco de su pipí servirá como señal olfativa para que identifique su marca y entienda que es ahí donde tiene que hacer sus necesidades.
- Al limpiar tu casa, evita usar algún producto que contenga cloro. Los perros identifican ese olor con el de su orina y esto puede ocasionarles descontrol y constantes “accidentes”.
- Para que tu peludito se habitúe a una rutina durante las primeras semanas en casa, es muy importante que, todo el tiempo, seas perseverante en su adiestramiento y mantengas horarios regulares de comidas y salidas, sus rutinas, y sobre todo, la calma.
Sabiendo todo esto, puedes anticiparte y llevar a tu lomito al lugar que has reservado como su baño. No lo cargues de forma brusca, ni lo lleves corriendo, porque lo puedes estresar y ocasionar un percance, o que se cohíba. Condúcelo tranqui, no lo/la distraigas, sé paciente y espera.
Cuando tu can haya hecho exitosamente sus necesidades, es importante que lo recompenses con un aplauso, una caricia, o un premio, ¡una buena conducta merece una recompensa!
Recuerda, la clave para que la orina y el popó no sean un problema está en tu constancia, no en tu lomito.